Las Faltas Graves en el Servicio Militar: Un Pilar de la Disciplina Castrense.
El abandono del servicio.
Manuel
6/4/20252 min read


El derecho militar establece un conjunto de normas esenciales para la disciplina y el correcto funcionamiento de las Fuerzas Armadas. Dentro de este marco normativo, las faltas graves contra los deberes del servicio tienen una relevancia crucial, pues su incumplimiento puede afectar la seguridad y eficacia de la estructura militar.
Uno de los aspectos clave en este contexto es la ausencia del militar en sus funciones asignadas. El artículo 7.15 de la legislación disciplinaria militar señala que el incumplimiento de las obligaciones del centinela o de otros servicios de armas, transmisiones o guardia de seguridad constituye una falta grave, siempre que no cause un perjuicio significativo al servicio. Asimismo, el abandono de otros tipos de servicios o guardias también es considerado una falta grave, dado que afecta el desarrollo normal de las funciones dentro de una unidad militar.
Dicho marco establece en primer lugar las responsabilidades específicas del personal en funciones de vigilancia y protección, garantizando que las misiones encomendadas se cumplan sin interrupciones ni omisiones. El impacto del abandono del servicio no se limita a daños materiales. Una omisión en el cumplimiento del deber puede comprometer la seguridad de una instalación militar o de un operativo en curso. El simple hecho de dejar un puesto sin la debida autorización representa una vulneración de la disciplina, con implicaciones graves para la organización castrense.
Dentro de la falta grave, también se encuentra la segunda modalidad relacionada con el abandono de servicios que no son propiamente de guardia o seguridad, ni se encuadran en el concepto de centinela. Esto incluye funciones como el servicio de orden, de cuartel o de conductor, cuyo incumplimiento puede afectar la operatividad y el rendimiento general de la unidad.
El derecho disciplinario militar se basa en el estricto cumplimiento de los deberes asignados a cada miembro de las Fuerzas Armadas. La disciplina y la obediencia a las órdenes superiores garantizan el funcionamiento eficiente de la estructura castrense, por lo que cualquier vulneración a estos principios debe ser sancionada conforme a la normativa vigente. En este sentido, las faltas graves contra los deberes del servicio no solo afectan al infractor, sino que comprometen la seguridad y cohesión de la institución en su conjunto.
En conclusión, el régimen disciplinario militar es un pilar fundamental para la preservación del orden y la seguridad en las Fuerzas Armadas. La rigurosa aplicación de la normativa que sanciona las faltas graves no solo es una necesidad operativa, sino un mandato legal que refuerza los valores fundamentales del servicio militar: responsabilidad, disciplina y compromiso con la defensa nacional.